31 de enero de 2013

ENERO EN EL HUERTO

El proceso de los cultivos no depende solo de la mano del hombre. Hay que saber interactuar con la Naturaleza y cuidarla. Si sabemos, cuidamos con mimo y alimentamos las plantas de nuestro pequeño huerto, la tierra será agradecida con nosotros. Ella nos da alimento, entusiasmo y salud.
Aunque a veces no se dé la cosecha esperada, podemos seguir con nuestro empeño y volver a plantar. La propia tierra nos enseña a no caer en el desánimo, y pronto tendremos los frutos deseados por nuestro trabajo. Sin olvidar que la tierra es un ser vivo, esta nos recompensa en la medida que nosotros la recompensamos a ella.
La idea es que la tierra es como nuestro socio o lugar de trabajo. La contrapartida de nuestro trabajo será en frutos y no en dinero, y valorar de verdad nuestro esfuerzo. Eso sí, paciencia sobre todo.
Este mes sembramos en semillero, aunque depende de cada zona: BERENJENA, LECHUGA Y REPOLLO.
Todo empieza por una buena organización y planificación de lo que vamos haciendo. Yo he empezado por dibujar un pequeño croquis de la situación de las diferentes verduras que voy a plantar con las distancias totales del huerto (8 m x 4 m) más o menos:


Hay unas pautas generales que tenemos en cuenta:
  1. No plantar la misma verdura el segundo año en el mismo lugar que el primero, así como verduras pertenecientes a la misma familia.
  2. Tener muy en cuenta en qué posición estará el sol en primavera y verano, cuando las plantas estén en su apogeo, ya que unas podrán cubrir de sombra a las otras y estas al necesitar el sol quedarse sin crecer.
  3. Las plantas de distintas familias suelen ser aliadas entre sí. Así cuando unas son atacadas por algún insecto, las plantas colindantes hacen de repulsivo de este insecto o de planta trampa. Por ejemplo, esto pasa con las patatas y las berenjenas, donde el escarabajo de la patata se siente atraído por la berenjena donde se le atrapa con más facilidad. O la buena vecindad de la cebolla con la zanahoria que repelen mutuamente a la mosca de cada una.
Tampoco debemos olvidar por ello los abonos de cada planta que son incorporados en el terreno.
Para empezar y sirviendo como ejemplo están en el huerto ya plantados desde noviembre los bulbillos de ajo y cebolla los cuales sirven como escoba del terreno que recogen los últimos nutrientes y los que aboné con ceniza, además añadí azufre para la cebolla y huesos (fósforo) para los ajos. Estos ya empiezan a crecer en el mes de enero, cuando aún es posible plantarlos.
En el mes de enero y sin prisa pero sin pausa empezaremos los trabajos en el semillero de las primeras plantas: lechugas y berenjenas. Así comenzamos por conseguir los útiles necesarios:



A la izquierda se encuentran las semillas de cogollos de Tudela y a la derecha las berenjenas que previamente pasaron unos 7 días en la nevera. Esto lo hago para que germinen mejor.
Algunos campesinos siguen orientandose por las fases de la Luna, como era costumbre en la antiguedad a la hora de los trabajos de la huerta. Así en la Luna creciente los días son buenos para las plantas con desarrollo aéreo y por el contrario los días de Luna decreciente son buenos para las plantas que se desarrollan bajo tierra. Ver: calendario lunar
Aries, Leo y Sagitario: influencia en semillas y fruto.
Geminis, Libra y Acuario: influencia en las flores.
Cancer, Escorpio y Piscis: influencia en los tallos y hojas.
Tauro, Virgo y Capricornio: influencia en las partes subterráneas.
Así hoy 15-1-2013 la Luna está en la fase creciente, en el signo de Piscis (influencia en las hojas) cambiando mañana a Aries (influencia en las semillas). Es un buen momento para sembrar lechugas(hojas), y no tanto para berenjenas (semillas), se puede esperar a mañana en el segundo caso.


El proceso de los cogollos ha sido sencillo, después de haber preparado una caja de poliespán como semillero he sembrado una linea de sus semillas. Aconsejo no sembrar más lineas hasta que no salgan los primeros cogollos, ya que si no, luego tendremos todos los cogollos a la vez y el objetivo es tenerlos escalonados, para que su recogida dure el máximo de tiempo.

Los materiales para componer el semillero de 16 berenjenas:
- Bolsa de sustrato, que se compra fácilmente en tiendas de jardinería; - 8 recipientes de plástico, que serán la base de cada semillero, yo he cogido la parte inferior de unas botellas de 2 litros;  - Una cuchara que nos servirá para introducir la tierra en nuestros recipientes, junto con un artilugio que sirva para enterrar la semilla en la tierra. - Y, por supuesto, las 16 semillas.
Rellenamos los recipientes con el sustrato y preparamos el agua para regar al final y un elemento que nos sirva para hacer los pequeños agujeros en la tierra.





Hacemos unos ligeros orificios en la tierra donde introducimos las 16 semillas, 2 en cada recipiente. Tapamos las semillas y regamos, dejando la tierra húmeda, no encharcada. A continuación podemos dejar sobre el suelo caliente o introducir en un pequeño invernadero.
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La berenjena es una de las plantas más lentas en su desarrollo, por eso decidimos plantar en enero, se puede hacer después y su transplante le haremos allá por mayo. La germinación de la semilla necesita una temperatura entre 15º y 20º y germinará al cabo de 14 a 21 días. En el caso de los cogollos el tiempo de germinación es de entre 6 y 12 días y la temperatura 20º. Combiene apuntar en una libreta los trabajos realizados y la fecha para luego ver los posibles errores o aciertos y rectificar.

Mientras tanto y llegando a los últimos días de enero, nos disponemos a las primeras labores sobre el terreno. A partir de entonces aprovechamos cualquier momento disponible en el que brille el sol para salir a la huerta. Yo he comenzado por escardar, ya que la tierra está húmeda y las malas hierbas salen con facilidad, y limpiar las fresas. Con esta labor aprendemos a conocer la tierra fértil. Sirviéndonos como punto de partida, sabremos que la tierra alrededor de las raíces de las malas hierbas es donde se concentran el mayor número de nutrientes. Y por ello es ahí donde las lombrices de tierra encuentran su alimento.
                                                                             



 Los ajos empezaron a crecer y los vigilamos para que las malas hierbas no les invadan, también para que la tierra que los cubre nos los deje al descubierto; por ello los recalzamos con cuidado.
     
     

Uno de los enemigos naturales de los huertos es el topo, así a la mínima ocasión hay que cazarles sin venenos y sustancias que contaminan la tierra. Cuando salen a la superficie son más vulnerables lo que hay que aprovechar.


Un detalle para comenzar el año, es el de la remolacha. Si han aguantado los fríos (seguramente que sí), y las recogemos para ocupar la zona con la plantación de otra verdura, podemos recogerla toda y guardarlas en cajas para conservarlas, de la siguiente forma: colocamos una cama de tierra nivelada en el fondo de la caja. Encima colocamos unas remolachas ordenadas y sin apelotonarlas. Volvemos a extender algo de tierra sobre los frutos hasta taparlos. Encima colocamos otra camada de remolachas. Volvemos a taparlos y así asta llenar la caja.


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