Una de nuestras verduras preferidas es zanahoria. Y queremos compartir con todos los amantes de las verduras en general y de la zanahoria en particular la receta de un entrante, o un aperitivo, con zanahoria.
Para prepararla nos hace falta:
- medio kilo de zanahoria (ya lavada y pelada)
- dos dientes de ajo pelados
- 1 o 2 pequeñas guindillas secas (o más, si apetece algo picante)
- media cucharadita (tipo de postre) de sal de mesa
- 1 cuchara sopera de azucar
- 4 cucharas soperas de vinagre
- 50 ml de aceite de girasol
Además necesitamos: un rallador para rallar zanahoria (nosotros tenemos uno que ralla la zanahoria en juliana), alguna herramienta de cocina para aplastar los dientes de ajo (se puede cortar el ajo en trozitos, pero si se aplasta, dará más jugo a la zanahoria), un cuenco grande (adonde vamos a rallar la zanahoria), una cazuela (para calentar aceite y vinagre), un bote de cristal para guardar la preparación en la nevera.
Primero:
- rallar la zanahoria dentro del cuenco, añadirle el ajo aplastado (o machacado), la sal, el azucar, las guinduillas, remover todo para tener bien mezclados los ingredientes.
Segundo
- mezclar el aceite y vinagre en una cazuelita, calentar en el fuego vivo un par de minutos hasta que empiezan a aparecer las burbujas en la preparación (cuidado con la mezcla que puede saltar a los ojos, por eso solo hay que calentar, no llevar a la ebullición)
Tercero
- añadir la mezcla de aceite y vinagre a la zanahoria, volver a remover bien y pasar la zanahoria al bote de cristal. Guardar el bote en el frigorífico.
Ya está. Se puede probar dentro de 3 horas, pero es mucho mejor dejar el bote durante la noche en la nevera, así con el proceso de ligera fermentación, la zanahoria obtendrá un sabor más contundente. Esta receta es inspirada por la cocina coreana, donde las verduras fermentadas, como kimchi (col fermentada), es un plato nacional.
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