29 de enero de 2013

ABONO NATURAL Y HUERTO

Mi intención es compartir mi experiencia en el quehacer diario a personas con poca o mucha experiencia que quieran desarrollar un pequeño cultivo de verduras y hortalizas.
El terreno podrá ser pequeño, mediano o grande; de nuestra propiedad o de la de vecinos o conocidos; estar en el norte o en el sur; ser clima de montaña o de llanura. Yo comparto con vosotros lo que aprendí cultivando un terreno pequeño, con las pocas posibilidades que pueda dar, y refiriéndome a las hortalizas básicas que estén a mí disposición y el clima desfavorable del centro de España. Aunque así sea este, no es motivo para desfallecer en el intento.
En la actividad de trabajar la tierra el único límite es el que nos ponemos nosotros: se puede realizar en la ciudad o en el pueblo, en el norte y en el sur, de joven o de mayor; eso sí, hay que determinar un lugar donde se puede realizar. Hay gente que cultiva en sus propias terrazas o alquila terrenos a otros pagándoles con los propios frutos.
Sin más, comencemos:

Empecemos por los abonos esenciales que necesitarán las plantas y los que esparciremos por el terreno o sobre las plantas:
  1. AZUFRE. Se utiliza para luchar contra todo tipo de hongos, es muy efectivo y se vende en tiendas especializadas.
              


 2.  COMPOST. Son todos los desechos vegetetales o naturales en proceso de descomposición. Para ello nosotros tenemos un recipiente en la ventana de la cocina donde echamos las sobras de alimentos. No se pueden echar alimentos con grasa ni plásticos. Solo desechos orgánicos. Al lado hay un recipiente con desechos secos, listos para quemar.



3. CENIZA. Es otro de nuestros abonos muy utilizados. Esta debe de provenir de madera natural, no tratada con químicos o pinturas. Se espulveriza sobre la tierra, cerca de las   plantas, es buena contra los insectos. Yo incluyo huesos calcinados, los de la parte inferior de la bandeja. Los utilizamos para las plantas como guisantes o ajos, también para abonar las plantas de patatas. Se desgrana con la mano un puñado pequeño de huesos en el agujero donde ponemos la semilla o el bulbo. Es una forma de reciclar los desechos de la carne para la huerta.




 4. COMPOST MADURANDO. El compost de la cocina lo vamos acumulando en la calle en un lugar de sombra, incorporamos algo de tierra y lo revolvemos.Se puede utilizar un compostador. Así recogemos un buen compost para las plantas cuando haya que plantar. Este trabajo se realiza durante todo el año.


                             
                             
                                                                           
  El resultado final es el de la foto, en el mes de junio nuestro montón de compost se ha trasformado en un montón de compost ya maduro que ocupa mucho menos espacio que al principio. Este compost esta lleno de los nutrientes que la planta necesita para su crecimiento, y ahora son más asimilables por sus raíces. He separado ya en junio, las partes del compost menos maduras, que serán la base de nuestro nuevo montón de compost, donde se inicia otra vez el ciclo o proceso. En primer lugar utilizamos el compost maduro de la izquierda y a la derecha añadimos los nuevos restos orgánicos con algo de tierra.

5. HUEVOS. Reducen la acidez del suelo. Se esparcen por el terreno una vez triturados.


                                        

6. PELLEJO DE CEBOLLA. Para cualquier tipo de planta. Durante el otoño e invierno se acumula el pellejo de cebolla y se pone a remojo en un recipiente durante algunos días. Sirve como estimulante para las plantas que recuperan su vigor rápidamente. Se utiliza en el riego, también se espulveriza sobre las hojas. 
     



                                        
                                                                          
7. ESTIÉRCOL DE CABALLO. Es uno de los favoritos de los agricultores por ser de los mejores. Se extiende en otoño sobre la superficie donde queramos abonar, y se deja descomponer durante el otoño y el invierno. Se deja sobre la superficie, ya que así se descompone mejor que si se entierra. En este tiempo el clima se convierte en nuestro aliado, filtrando hacia el interior de la tierra los nutrientes descompuestos del estiércol. No se utiliza para todos las plantas de la huerta. Por lo general se extiende en las zonas donde plantamos verduras de hoja. Su exceso provoca enfermedades en la planta y su escasez su debilitamiento; por lo cual buscaremos el equilibrio.El estiércol debe de haber madurado al menos un año para poder ser utilizado. Da acidez al terreno.





 8. PELLEJO DE AJO. Como su propio nombre dice es el envoltorio que recubre a las cabezas del ajo que durante todo el año vamos desechando de sus dientes. Se utiliza sobre todo para evitar algunos insectos.


                                               
  9. HERRAMIENTAS. Son los utensilios que utilizo en las labores del huerto, y me sirven de gran ayuda para poner en orden el terreno; me sirve como complemento indispensable en la labor de la tierra y las plantas, para que puedan tener un crecimiento correcto. He incluido algún elemento de protección que ayudara como las demás. Unos espulverizadores ayudarán a las plantas.
                                                                                                                                                                                                                                                                
  
                           

 10. ATADO. Estos cierres que reciclamos del pan de molde, nos servirán   más adelante para el atado de las plantas a los tutores. Reciclando todos los que sean posibles. Si no disponemos de cuerdas podemos reutilizar algo más. Algún utensilio que podemos reciclar para el atado de las plantas a los tutores. Son medias recicladas y cortadas a una distancia de 40 o 50cm., muy fuertes y resistentes.
 
             

11. PURÍN DE ORTIGA. Las ortigas las encontramos en el campo, cerca de zonas húmedas y donde la tierra tiene mucho nitrógeno. Es un abono líquido que fabricamos. Su fabricación es sencilla. Hay que recoger ortigas, antes de que suba la flor, como una carretilla entera, para conseguir un kilo de hojas de ortigas. Nos protegemos de manera segura manos, pies, brazos, etc. para no sufrir las picaduras de la ortiga. La arrancamos desde la base con las manos y después separamos el tallo de las hojas, que son las que utilizamos. El tallo se puede utilizar de acolchado en las plantas o incorporar al compost lo que hace acelerar el proceso de descomposición de la materia orgánica. 

                                         

Estas hojas de ortigas se sumergen en 10 litros de agua, y se dejan en el agua varios días, hasta 14. A de ser agua no tratada, de lluvia o manantial. Empezará el proceso de fermentación y daremos vueltas cada dos días.














Poco a poco las hojas se empiezan a descomponer y la mezcla ha de tener un fuerte olor, que atrae a varios insectos. Al cabo de los 4 o 5 días vemos como las hojas se han diluido en el agua y empiezan a fermentar. Es cuando la mezcla se puede filtrar y  ya tendremos nuestro abono líquido que fortalece y da vigor a nuestras plantas. Pero antes las hojas de ortiga deberán de deshacerse.


Sí el purín está en el sol fermenterá antes, que si está a la sombra. No utilizamos material metálico, ya que puede haber alguna reacción química y estropear la mezcla.















El primer paso es preparar los utensilios necesarios, y nuestra materia prima. A falta de embudo nos inventamos uno. Después del filtrado conservamos en un recipiente bien cerrado, y lejos de la luz.














Para ver su eficacia  aplicaremos cada dos semanas y preferiblemente cuando no hay sol. Se disuelve en agua, en proporción de 1 parte de purín por 10 de agua. Así regaremos nuestras plantas para que no sea un abono demasiado fuerte y sea perjudicial.






Cuando esté filtrado todo el purín, nos quedarán unos restos aún por disolver. Podemos dejarlos secar y aplicar un acolchado sobre las plantas que crecen peor.

12.INVERNADERO. En esta entrada quiero incluir otro elemento importante de nuestro huerto. El invernadero nos sirve para tener a resguardo las plantas y anticipar su crecimiento. Puede estar en el interior de la vivienda y de tipo pequeño para la germinación de las semillas y hasta el trasplante. O puede estar en el terreno para evitar los días de frío.



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