1 de enero de 2014

NOVIEMBRE EN EL HUERTO

El nuevo mes en el huerto es el mes de la siembra de ajos y cebolla. Se puede esperar algo más, pero no lo recomiendo, por si más tarde aparecen los fuertes fríos y lluvias duraderas. A partir de ahora hay que aprovechar cada rayo de sol, ya que nos acercamos al invierno. Empezamos recordando el plano de septiembre, donde situamos cada hortaliza. He  decidido reducir un poco el espacio de cebollas y ampliar el de ajos ya que estos ocuparán algo más. Consideramos estas distancias (en metros) como aproximadas.

Comenzamos limpiando de malas hierbas, la zona donde pondremos los ajos y cebollas. Según la zona los ajos se pueden plantar hasta febrero y la cebolla hasta abril. A mi me dan mejor resultado plantando en noviembre o diciembre. 
Puede que aparezcan los gusanos blancos o roedores, al levantar con la horca la tierra. A estos insectos hay que eliminar de inmediato, ya que pueden ser una plaga y se alimentan de las raíces de diferentes plantas. Aparecen en cualquier época del año, en diferentes tamaños.

                               

El primer abono que necesitaremos será el potasio que encontramos en forma de ceniza, siempre que provenga de quemas de madera o restos sin tratamientos químicos ni pinturas.
El segundo abono es el azufre, esparcido sobre la ceniza.
El tercero son cascaras de huevos trituradas o calcio, que reduce la acidez del suelo. No queremos una zona rica en nitrógeno.
En último lugar está el fósforo o huesos triturados o calcinados. Este le esparcimos sobre la zona de ajos solamente.


Vemos que utilizo un metro de carpintero, muy útil para medir distancias en la tierra. He delimitado la zona de ajos con una cuerda atada en los extremos y separarla de la zona de cebollas. A continuación levantamos la tierra con la ayuda de una horca, sin revolverla. Los grumos de tierra se descomponen con el frío.


Antes de que comiencen los fuertes fríos y el suelo se endurezca por las heladas recojo las últimas zanahorias. Ya cuando la tierra está helada los frutos dejan de crecer, aunque algunas hortalizas aguanten los fríos. Por su parte la piéride de la col ya está en su estado adulto y ha devorado parte de alguna de las coles.






Debido al frío y la nieve tal vez tenga que retrasar la plantación de ajos y cebollas. Aunque el tiempo nos ha retrasado los trabajos hay que decir que el frío y heladas matan algunas larvas de insectos y elimina los diferentes hongos perjudiciales para las plantas. Así concluimos que el frío es beneficioso para el huerto, siempre que se produzca en su estación correspondiente.
Damos por concluido el mes de noviembre con mucho frío y hielo, dando paso al último mes del año donde finaliza el ciclo y cuando hay poco que hacer en el huerto.

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