16 de septiembre de 2013

SALSA DE TOMATE

Preparamos los ingredientes para nuestra salsa de tomate, y freímos en una cazuela con un poco de aceite según el siguiente orden:

  1. 2 cebollas medianas junto con 4 o 5 dientes de ajo picados.
  2. 2 pimientos medianos o un pimiento grande.
  3. 1 calabacín.
  4. 4 kg. de tomate. 
Todos los ingredientes se trocean en porciones.












Mientras se fríen y se empiezan a cocer los ingredientes echamos 1/2 cucharadita de sal, 1 avecrem desmenuzado y 2 cucharadas de azúcar. El azúcar  se puede omitir si los tomates son dulces de por sí.
Se dejan cocer todos los ingredientes durante 2 horas a potencia de fuego de 1.5 o 2. Daremos vueltas a la mezcla de vez en cuando con una paleta.
Cuando ha pasado el tiempo de cocción dejamos que se enfríe un poco la mezcla, y la pasamos por un pasapurés o maquina de picar.















La primera fase está resuelta y hemos obtenido dos recipientes con nuestra salsa. Puede, como en este caso, que nuestra salsa sea demasiado líquida. Resolvemos el inconveniente haciendo pasar toda la salsa poco a poco por un colador y aplastando con una cuchara. Así separamos la salsa más líquida de la más espesa en dos cazuelas. Hacemos pasar la salsa más líquida, poco a poco por la sartén que ponemos a máxima potencia, removiendo para que no se queme. El agua de la sartén se evapora y la salsa que queda se va mezclando con la más espesa, que antes separamos.
Así nos queda nuestra salsa definitiva.                                                                                                                    















Ahora llega el proceso de consevar nuestra salsa de tomate. Para lo que disponemos de unos frascos vacíos de vidrio, de conservas diferentes que guardamos tiempo atrás. Estos junto con sus tapas correspondientes se ponen a hervir en una cazuela para esterilizarlos durante 25 minutos cociendo. Es recomendable que sean de la misma altura o altura similar. Realizado este paso, ya podemos sacar los frascos de la cazuela y a continuación llenamos con nuestra salsa de tomate. En la parte superior de nuestra salsa dentro de los recipientes colocamos una hoja de albahaca, que dará más sabor aún a esta, cuando nos dispongamos a comer la salsa tiempo después.




El último paso es sencillo, y solamente, después de rellenar los recipientes de vidrio con la salsa, haber puesto una hoja de albahaca arriba y cerrar correctamente con las tapas correspondientes volvemos a cocer los frascos 25 minutos desde que empieza a hervir. El agua debe llegar casi al borde superior de las tapas.
Cuando ya han cocido 25 minutos apagamos el fuego y esperamos que se enfríe el agua 5 o 10 minutos. Sacamos los frascos con cuidado y colocamos boca abajo, como en la foto. Esperaremos un tiempo hasta que se enfríen. Observamos si debajo de la tapa hay manchas del tomate, si no es así, nuestra salsa de tomate se conservará adecuadamente.





2 de septiembre de 2013

SEPTIEMBRE EN EL HUERTO

En este mes podemos plantar: ESPINACAS Y LECHUGAS
Acabamos de recoger algunas berenjenas, una de ellas ya madura, lo que se puede ver en el color de la piel. Luego por dentro las semillas son de gran tamaño. Pero sobre todo una verdura de buen sabor.














Este año hemos probado unos tomates procedentes del sur, y en principio crecen bien. Es lo bueno esto de los huertos domésticos, que de vez en cuando podemos probar otras especies y ver el resultado, intercambiando semillas con otros hortelanos. Tal vez acertemos si seguimos algunos consejos.
En general las hortalizas del cultivo crecen bien, hay veces que sin darnos cuenta aparece algún tomate con podredumbre, o zona ennegrecida en su zona inferior. Es por la falta de riego, si aparece solo en algún tomate de la mata, no hay que preocuparse. Eliminamos esta zona si el tomate ha madurado, de lo contrario el fruto se estropea por completo.
Si por el contrario, nuestra planta recibe agua del riego de forma repentina o demasiada, el fruto tiende a agrandarse rápidamente. Así aparecen unas rajas en la parte superior del tomate. Cuando el tomate esté maduro estas aberturas empiezan a estropearse, así procedemos a limpiar esta abertura.
Hay que poner remedio, en el caso de varios días con clima húmedo o lluvioso. Pueden que se nos abran todos los tomates del huerto.














Y no olvidamos dicha verdura. Ya que las piezas recogidas son abundantes, hemos decidido deshidratar en la deshidratadora algunas unidades. Estos tomates los utilizaremos más adelante, cuando llegue el invierno, ya que al perder el agua no se estropean.
El proceso es sencillo:

  1. Se coloca en cada bandeja de la deshidratadora un papel vegetal para cocinar, sobre este se colocaran las rodajas finas de tomate. El papel tendrá la forma redonda de la bandeja.
  2. Echaremos un poco de sal sobre los tomates.
  3. Dejamos el tiempo necesario puesta la deshidratadora, hasta que los tomates pierdan el agua exterior y su consistencia sea dura. En la segunda foto vemos el resultado final.
El sabor intenso sigue en el interior del tomate. En el proceso de cortar los tomates, hemos separado algunas semillas con el fin de plantarlas el próximo año. Así nos ayudamos de un colador y una taza. La taza sirve para dejar las semillas a remojo y limpiarlas de la película que las rodea. El colador es para recoger las semillas y dejarlas secar. Luego guardamos en un lugar seco e indicamos que semillas son.



Hoy día 13 ya empezamos a plantar las espinacas silvestres, ya que el tiempo es fresco e ideal para esta verdura. Para ello hemos tenido una noche, algunas de las semillas recogidas en mayo, en remojo. Después de soltar un poco la tierra hacemos un par de surcos, no muy profundos. Repartimos las semillas a lo largo  de los surcos, tapamos con tierra y regamos. Al fondo vemos como los cogollos sembrados en agosto están creciendo. Cerca hay alguna fresa que aún podrá dar algún fruto.


Así se encuentra el semillero a mediados de mes, por lo que he pensado que será mejor trasplantar las plántulas mayores. Consultando el calendario veo que nuestro semillero le preparamos el 18 de agosto. Algo menos de un mes. 
Las lechugas aguantan bien el frío, si bien su desarrollo puede detenerse en invierno, y en marzo o abril reactivarse el crecimiento. El lugar debe de tener buena tierra para que las plantas crezcan bien, además las lechugas necesitan mucho  agua para crecer, y no debe de ser un lugar muy soleado. 
Para sacar las plántulas del semillero nos hemos ayudado de una herramienta, y con mucho cuidado las hemos sacado de su posición. Antes de plantarlas en el lugar definitivo, cortamos la parte superior de sus hojas, y enterramos su raíz sin cubrir las hojas. Están separadas de 10 a 20 cm.  Después regamos, y más adelante cuando observamos que han agarrado (empiecen a crecer) cubriremos con recortes de césped. Se pueden trasplantar este mes y el próximo.


















Los calabacines reactivan su crecimiento cuando les aportamos algún riego, si durante algunos días no crecen es por falta de agua y así su crecimiento en condiciones óptimas es rápido.
El buen tiempo, un buen acolchado y los riegos regulares harán crecer a los pimientos.














Ante la inminente llegada de las lluvias, a últimos de septiembre, he pensado que para evitar que muchos de nuestros tomates se abran, como vimos anteriormente por la lluvia excesiva, procedemos a recoger los frutos que les queda poco por madurar y colocamos en el vierteaguas de la ventana para que así sigan madurando sin tanta humedad, lo que les estropearía. Las calabazas están madurando de forma adecuada, las que recogemos antes de las primeras heladas, mientras tanto crecen bien.





Antes de la finalización del mes ya le estoy dando vueltas al huerto de la próxima siembra. Por lo general no es recomendable repetir el mismo cultivo en el lugar que estuvo un año antes. Así me he dibujado un planito con las distancias y he movido cada clase de verdura  al lugar más ídóneo, para la próxima temporada. Recordemos que es un pequeño huerto de 7m.x4m. Puede ser mayor o más pequeño,  dependiendo del espacio disponible en cada caso.


El clima se ha vuelto húmedo y fresco por lo que he tenido que recoger los tomates y meterlos en casa para que terminen de madurar. Esta técnica consiste en colgarlos  hacia abajo, en un lugar iluminado y con una temperatura de unos 20º. Para lo que me he construido un pequeño soporte.  El clima en el terreno, no dejan que maduren, además la lluvia hace que se abran. Un inconveniente más son las heladas que pronto aparecerán. 
Algunas zanahorias como, se ve, han cogido un buen tamaño. Y junto con  otras hortalizas hacen las delicias de una sabrosa comida.



Aquí he puesto algunas fotos de los resultados del huerto:
-Unas cidras recogidas el año anterior junto a unas enormes calabazas recién recogidas. Las calabazas en la mata pueden madurar hasta octubre. Si se recolectan antes, maduran en algún tiempo. Mientras tanto en la planta hay otra calabaza que crece rápido.
-La segunda cosecha de fresas, que recogeremos antes de los hielos de octubre.
-Una planta de pimientos, donde uno de ellos madura hasta ponerse rojo, que es cuando sus semillas pueden plantarse en los sucesivos años. 
-Por último, un repollo que comienza a tomar forma y volumen.







Algo sorprendente lo de esta planta de tomate, que creció por si solo entre los rosales. Las ramas del rosal  hacen de tutor, donde se sujeta la planta. Hay varios tomatitos y muchas flores, y tal vez en las fechas en las que estamos no les de tiempo a desarrollarse del todo, pero será un detalle a tener en cuenta para el próximo año.