22 de julio de 2013

MERMELADA DE GROSELLA

GROSELLA


Los frutos de nuestro grosellero han madurado y ahora tenemos que procesarlos de algún modo. El sabor de la grosella es muy ácido, así que poca gente querrá comerla cruda, por eso decidimos hacer una mermelada, ya que la grosella tiene mucha pectina, que funciona de agente gelificante.


Hemos recogido de la planta que tenemos alrededor de un kilo de grosella.


La lavamos, quitamos las bayas de las ramas, y preparamos dos ingredientes más, el agua y la azúcar blanca. Las cantidades son las siguientes: grosella - 800 g, azúcar - 800 g, agua - 400 ml.


También preparamos unos pequeños frascos para esterilizar en el agua hirviendo durante 25 minutos. La grosella con el agua (400 ml) se pone al fuego fuerte y se calienta hasta que el agua empiece a hervir, pero no hay que dejar que hierva. Retirar el caso del fuego con las primeras burbujas de ebullición.


Verter el contenido del cazo a un colador encima de un cuenco y además aplastar con una cuchara la grosella para exprimir todos sus jugos.


El resultado del colado anterior se vuelve a verter en un cazo y esta vez se le añade el azúcar (800 g) y en el fuego medio este líquido resultante se lleva a ebullición. 


Se hierve el líquido durante media hora.


 Va a aparecer espuma en el proceso de cocer la mermelada. Se retira esta espuma con la espumadera.




Pasada media hora retiramos el cazo del fuego y con la ayuda de un cucharón o cazo pequeño repartimos la mermelada en los frascos ya esterilizados. Cerramos las tapas y volvemos a poner los frascos al fuego para pasteurizar durante unos 20 minutos más. Se puede omitir el proceso de pasteurizar, si sabe que va a utilizar la mermelada pronto. Yo he dejado un poco de la mermelada que sobró guardada en un frasco sin pasteurizar. Esta mermelada es dulce por el alto contenido de azúcar, y nosotros probablemente la utilizaremos para una tarta de queso.





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